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martes, 27 de marzo de 2007
martes, 20 de marzo de 2007
Santo Tomás de Aquino
Nació en Roccasecca, cerca de Aquino, Nápoles. El hijo menor de 12 hijos del Conde Landulf de Aquino. Sus primeros estudios fueron con los benedictinos en Montecassino, cerca del castillo de sus padres.
Continúa por cinco años en la Universidad de Nápoles. Allí supera a todos sus compañeros y se demuestra su portentosa inteligencia. Conoce a los Padres Dominicos (comunidad recién fundada) y entra con ellos pero su familia se opone. Trata de huir hacia Alemania, pero por el camino lo sorprenden sus hermanos, lo apresan en el castillo de Rocaseca por dos años. Aprovecha el tiempo en la cárcel estudiando la Biblia y la teología.
Los hermanos, al ver que no logran convencerle contra su vocación, le envían a una mujer de mala vida para que lo haga pecar. Tomás la confronta con un tizón encendido y la amenaza con quemarle el rostro si se atreve a acercársele. La mujer huyó espantada.Después de su liberación, Tomas fue enviado a Colonia, Alemania, donde estudió bajo el Padre Dominico San Alberto Magno. Los compañeros al, ver a Tomás tan robusto y silencioso, lo tomaron por tonto, por lo que le pusieron como apodo: "El buey mudo". Pero un día, uno de sus compañeros leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó a San Alberto. Al leerlos, este les dijo a los estudiantes: "Ustedes lo llaman el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero". Mas aun que su sabiduría destacaba su devoción. Pasaba horas en oración y tenía un profundo amor a la Eucaristía.
Recibió el doctorado de teología en la Universidad de París y a los 27 años es maestro en París (1252-1260). En 1259 el Papa lo llama a Italia donde por siete años recorre el país predicando y enseñando. En Orvieto (1261-1264), en Roma (1265-1267), en Viterbo (1268), en París (1269-1271) y en Nápoles (1272-1274). Sus clases de teología y filosofía son las más concurridas de la Universidad. El rey San Luis lo estima tanto que lo consulta en todos los asuntos de importancia. En una ocasión, en la Universidad se traba una discusión acerca de la Eucaristía. Al no lograr ponerse de acuerdo, ambos bandos aceptan recurrir a Tomás para que diga la última palabra. Lo que él dice es aceptado por todos.
En 4 años escribe su obra más famosa: "La Suma Teológica", obra maestra de 14 tomos. Fundamentándose en la Sagrada Escritura, la filosofía, la teología y la doctrina de los santos, explica todas las enseñanzas católicas. La importancia de esta obra es enorme. El Concilio de Trento contaba con tres libros de consulta principal: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y la Suma Teológica de Santo Tomás.
Santo Tomás logró introducir la filosofía de Aristóteles en las universidades.
Su humildad: Según el santo, el aprendió más arrodillándose delante del crucifijo que en la lectura de los libros. Su secretario Reginaldo afirmaba que la admirable ciencia de Santo Tomás provenía más de sus oraciones que de su ingenio. Aun en las más acaloradas discusiones exponía sus ideas con gran respeto y total calma; jamás se dejó llevar por la cólera aunque los adversarios lo ofendieran fuertemente. Su lema en el trato era: "Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros".Amor a la EucaristíaEl Papa le encargó que escribiera los himnos para la Fiesta Corpus Christi. Así compuso el Pangelingua y el Tantumergo y varios otros cantos Eucarísticos clásicos.
Habiendo escrito Tomás bellos tratados acerca de Jesús Eucarístico, Jesús le dijo en visión: "Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a cambio?". Respondió Tomás: "Señor: lo único que yo quiero es amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más".
Su devoción por la Virgen María era muy grande. En el margen de sus cuadernos escribía: "Dios te salve María". Compuso un tratado acerca del Ave María.
Final El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero enfermó cerca de Roma y lo recibieron en el monasterio cisterciense de Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó: "Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente". Allí murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años. Sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de enero, fecha en la que se celebra su fiesta.
Canonizado en 1323, declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y patrón de las universidades católicas y centros de estudio en 1880.
Continúa por cinco años en la Universidad de Nápoles. Allí supera a todos sus compañeros y se demuestra su portentosa inteligencia. Conoce a los Padres Dominicos (comunidad recién fundada) y entra con ellos pero su familia se opone. Trata de huir hacia Alemania, pero por el camino lo sorprenden sus hermanos, lo apresan en el castillo de Rocaseca por dos años. Aprovecha el tiempo en la cárcel estudiando la Biblia y la teología.
Los hermanos, al ver que no logran convencerle contra su vocación, le envían a una mujer de mala vida para que lo haga pecar. Tomás la confronta con un tizón encendido y la amenaza con quemarle el rostro si se atreve a acercársele. La mujer huyó espantada.Después de su liberación, Tomas fue enviado a Colonia, Alemania, donde estudió bajo el Padre Dominico San Alberto Magno. Los compañeros al, ver a Tomás tan robusto y silencioso, lo tomaron por tonto, por lo que le pusieron como apodo: "El buey mudo". Pero un día, uno de sus compañeros leyó los apuntes de este joven estudiante y se los presentó a San Alberto. Al leerlos, este les dijo a los estudiantes: "Ustedes lo llaman el buey mudo. Pero este buey llenará un día con sus mugidos el mundo entero". Mas aun que su sabiduría destacaba su devoción. Pasaba horas en oración y tenía un profundo amor a la Eucaristía.
Recibió el doctorado de teología en la Universidad de París y a los 27 años es maestro en París (1252-1260). En 1259 el Papa lo llama a Italia donde por siete años recorre el país predicando y enseñando. En Orvieto (1261-1264), en Roma (1265-1267), en Viterbo (1268), en París (1269-1271) y en Nápoles (1272-1274). Sus clases de teología y filosofía son las más concurridas de la Universidad. El rey San Luis lo estima tanto que lo consulta en todos los asuntos de importancia. En una ocasión, en la Universidad se traba una discusión acerca de la Eucaristía. Al no lograr ponerse de acuerdo, ambos bandos aceptan recurrir a Tomás para que diga la última palabra. Lo que él dice es aceptado por todos.
En 4 años escribe su obra más famosa: "La Suma Teológica", obra maestra de 14 tomos. Fundamentándose en la Sagrada Escritura, la filosofía, la teología y la doctrina de los santos, explica todas las enseñanzas católicas. La importancia de esta obra es enorme. El Concilio de Trento contaba con tres libros de consulta principal: la Sagrada Biblia, los Decretos de los Papas, y la Suma Teológica de Santo Tomás.
Santo Tomás logró introducir la filosofía de Aristóteles en las universidades.
Su humildad: Según el santo, el aprendió más arrodillándose delante del crucifijo que en la lectura de los libros. Su secretario Reginaldo afirmaba que la admirable ciencia de Santo Tomás provenía más de sus oraciones que de su ingenio. Aun en las más acaloradas discusiones exponía sus ideas con gran respeto y total calma; jamás se dejó llevar por la cólera aunque los adversarios lo ofendieran fuertemente. Su lema en el trato era: "Tratad a los demás como deseáis que los demás os traten a vosotros".Amor a la EucaristíaEl Papa le encargó que escribiera los himnos para la Fiesta Corpus Christi. Así compuso el Pangelingua y el Tantumergo y varios otros cantos Eucarísticos clásicos.
Habiendo escrito Tomás bellos tratados acerca de Jesús Eucarístico, Jesús le dijo en visión: "Tomás, has hablado bien de Mi. ¿Qué quieres a cambio?". Respondió Tomás: "Señor: lo único que yo quiero es amarte, amarte mucho, y agradarte cada vez más".
Su devoción por la Virgen María era muy grande. En el margen de sus cuadernos escribía: "Dios te salve María". Compuso un tratado acerca del Ave María.
Final El Sumo Pontífice lo envió al Concilio de Lyon, pero enfermó cerca de Roma y lo recibieron en el monasterio cisterciense de Fosanova. Cuando le llevaron por última vez la Sagrada Comunión exclamó: "Ahora te recibo a Ti mi Jesús, que pagaste con tu sangre el precio de la redención de mi alma. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y mi amor por la Santa Iglesia Católica, de quien me profeso hijo obediente". Allí murió el 7 de marzo de 1274 a la edad de 49 años. Sus restos fueron llevados solemnemente a la Catedral de Tolouse un 28 de enero, fecha en la que se celebra su fiesta.
Canonizado en 1323, declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y patrón de las universidades católicas y centros de estudio en 1880.
San Francisco de Asís
Algunas fechas principales en la vida de San Francisco:
1182 Nacimiento de Francisco en Asís. Sus padres son Pietro Bernardone y Madonna Pica.
1202 Guerra entre Perusa y Asís. En la batalla de Collestrada Francisco cae prisionero.
1203 Francisco, liberado de su cautiverio, regresa a Asís.
1204 Larga enfermedad de Francisco.
1205 Francisco parte para la Pulla, enrolado en el ejército. En Espoleto tiene el sueño que dará otro rumbo a su vida. Comienza la fase inicial de su conversión.
1206 Por el mes de marzo, ante el tribunal del obispo de Asís, renuncia a los bienes paternos y a la familia.
1206/08 Trabaja en la restauración de las ermitas de San Damián, San Pedro y Santa María de los Ángeles o de la Porciúncula.
1208 Por el mes de abril, oyendo misa en la Porciúncula, escucha el evangelio del envío de los discípulos en misión, en el que descubre su vocación. Poco después empiezan a unírsele compañeros.
1209 Francisco hace escribir la "forma de vida". En primavera, el papa Inocencio III la aprueba verbalmente.
1217 En Pentecostés, se celebra en la Porciúncula el primer Capítulo General propiamente dicho. La Orden se divide en 12 Provincias.
1219 Después del Capítulo General de Pentecostés, Francisco se embarca para Acre y Damieta, y se entrevista con el Sultán de Egipto.
1220 Francisco regresa a Italia. A petición del Santo, Honorio III nombra al cardenal Hugolino protector de la Orden. Francisco deja el gobierno de la misma.
1121 El Capítulo de Pentecostés estudia la Regla escrita por Francisco (llamada primera Regla o Regla no bulada), y le pide que redacte otra más breve.
1223 Francisco compone la Regla definitiva en Fonte Colombo, que es aceptada por el Capítulo y aprobada por el papa Honorio III. Celebración de la Navidad en Greccio.
1224 En el mes de septiembre, impresión de las Llagas de la Pasión de Cristo, en el monte Alverna.
1226 En el mes de abril, se agravan sus enfermedades. De regreso a Asís, finalmente se hospeda en el palacio episcopal.
1226 El sábado día 3 de octubre, hacia las 19 horas, muere Francisco a la edad de 44 años, en la Porciúncula.
1228 El 16 de julio, Gregorio IX canoniza a Francisco en Asís.
1182 Nacimiento de Francisco en Asís. Sus padres son Pietro Bernardone y Madonna Pica.
1202 Guerra entre Perusa y Asís. En la batalla de Collestrada Francisco cae prisionero.
1203 Francisco, liberado de su cautiverio, regresa a Asís.
1204 Larga enfermedad de Francisco.
1205 Francisco parte para la Pulla, enrolado en el ejército. En Espoleto tiene el sueño que dará otro rumbo a su vida. Comienza la fase inicial de su conversión.
1206 Por el mes de marzo, ante el tribunal del obispo de Asís, renuncia a los bienes paternos y a la familia.
1206/08 Trabaja en la restauración de las ermitas de San Damián, San Pedro y Santa María de los Ángeles o de la Porciúncula.
1208 Por el mes de abril, oyendo misa en la Porciúncula, escucha el evangelio del envío de los discípulos en misión, en el que descubre su vocación. Poco después empiezan a unírsele compañeros.
1209 Francisco hace escribir la "forma de vida". En primavera, el papa Inocencio III la aprueba verbalmente.
1217 En Pentecostés, se celebra en la Porciúncula el primer Capítulo General propiamente dicho. La Orden se divide en 12 Provincias.
1219 Después del Capítulo General de Pentecostés, Francisco se embarca para Acre y Damieta, y se entrevista con el Sultán de Egipto.
1220 Francisco regresa a Italia. A petición del Santo, Honorio III nombra al cardenal Hugolino protector de la Orden. Francisco deja el gobierno de la misma.
1121 El Capítulo de Pentecostés estudia la Regla escrita por Francisco (llamada primera Regla o Regla no bulada), y le pide que redacte otra más breve.
1223 Francisco compone la Regla definitiva en Fonte Colombo, que es aceptada por el Capítulo y aprobada por el papa Honorio III. Celebración de la Navidad en Greccio.
1224 En el mes de septiembre, impresión de las Llagas de la Pasión de Cristo, en el monte Alverna.
1226 En el mes de abril, se agravan sus enfermedades. De regreso a Asís, finalmente se hospeda en el palacio episcopal.
1226 El sábado día 3 de octubre, hacia las 19 horas, muere Francisco a la edad de 44 años, en la Porciúncula.
1228 El 16 de julio, Gregorio IX canoniza a Francisco en Asís.
viernes, 16 de marzo de 2007
Cismas de Oriente y Occidente
El Cisma de Oriente y Occidente, también conocido como Gran Cisma es el nombre dado al evento que separó a las Iglesias Católica Romana de Occidente de la Iglesia Ortodoxa de Oriente en el siglo XI (1054). El Cardenal Humberto, un representante del Papa León IX y Miguel Cerulario(Patriarca de Constantinopla) decretaron cada uno la excomunión del otro. Algunos historiadores ven este acto como la iniciación del Gran Cisma entre las Iglesias Católica Romana y Ortodoxa. Algunos otros historiadores alegan que en el momento de la excomunión, León IX había muerto y por lo tanto el acto del Cardenal Humberto no tenía validez. Además se excomulgaron individuos, no Iglesias enteras.
El Cisma de Oriente y Occidente fue en realidad el resultado de un largo período de relaciones difíciles entre las dos Iglesias. Las causas primarias del cisma fueron las disputas sobre la autoridad papal -el Obispo de Roma reclamaba autoridad sobre los cuatro Patriarcas de Oriente, mientras los Patriarcas alegaban que el Obispo de Roma era apenas un "primero entre iguales" o "primus inter pares". También influyó la inclusión de la cláusula filioque en el Credo de Nicea. Hubo otros catalizadores en el Cisma, incluyendo variaciones en las prácticas litúrgicas y disputas sobre la jurisdicción.
La Iglesia se dividió a lo largo de líneas doctrinales, teológicas, lingüísticas (la Iglesia Ortodoxa adoptó el griego como idioma, mientras la Iglesia Católica Romana llevó a cabo su liturgia en latín hasta bien entrado el siglo XX) y políticas y la ruptura básica no ha sanado. Se puede alegar que las dos Iglesias se reunieron en 1274, en el Segundo Concilio de Lyon y en 1439, en el Concilio de Basilea, pero en cada uno de estos casos hubo repudio de la Iglesia Ortodoxa como un todo, dado que los Jerarcas habían sobrepasado su autoridad al consentir en las llamadas uniones. Algunas comunidades eclesiásticas que inicialmente seguían la Iglesia Ortodoxa cambiaron sus lineamientos y siguieron a la Iglesia Católica Romana, y ahora se denominan Iglesias Católicas del Rito Oriental. Cada una se llama a sí misma "Una, Santa, Católica y Apostólica" implicando que fue la otra la que dejó a la iglesia verdadera durante el Gran Cisma. No obstante, algunas políticas surgidas del Concilio Vaticano II han contribuido al acercamiento entre las Iglesias. Incluso, la Iglesia Católica publicó un documento en que se hace oficial el levantamiento de la excomunión de Miguel Cerulario.
El Cisma de Oriente y Occidente fue en realidad el resultado de un largo período de relaciones difíciles entre las dos Iglesias. Las causas primarias del cisma fueron las disputas sobre la autoridad papal -el Obispo de Roma reclamaba autoridad sobre los cuatro Patriarcas de Oriente, mientras los Patriarcas alegaban que el Obispo de Roma era apenas un "primero entre iguales" o "primus inter pares". También influyó la inclusión de la cláusula filioque en el Credo de Nicea. Hubo otros catalizadores en el Cisma, incluyendo variaciones en las prácticas litúrgicas y disputas sobre la jurisdicción.
La Iglesia se dividió a lo largo de líneas doctrinales, teológicas, lingüísticas (la Iglesia Ortodoxa adoptó el griego como idioma, mientras la Iglesia Católica Romana llevó a cabo su liturgia en latín hasta bien entrado el siglo XX) y políticas y la ruptura básica no ha sanado. Se puede alegar que las dos Iglesias se reunieron en 1274, en el Segundo Concilio de Lyon y en 1439, en el Concilio de Basilea, pero en cada uno de estos casos hubo repudio de la Iglesia Ortodoxa como un todo, dado que los Jerarcas habían sobrepasado su autoridad al consentir en las llamadas uniones. Algunas comunidades eclesiásticas que inicialmente seguían la Iglesia Ortodoxa cambiaron sus lineamientos y siguieron a la Iglesia Católica Romana, y ahora se denominan Iglesias Católicas del Rito Oriental. Cada una se llama a sí misma "Una, Santa, Católica y Apostólica" implicando que fue la otra la que dejó a la iglesia verdadera durante el Gran Cisma. No obstante, algunas políticas surgidas del Concilio Vaticano II han contribuido al acercamiento entre las Iglesias. Incluso, la Iglesia Católica publicó un documento en que se hace oficial el levantamiento de la excomunión de Miguel Cerulario.
El Cristianismo y los Bárbaros
La expansión del cristianismo entre los bárbaros constituyó una poderosa fuerza fusionadora de culturas y ayudó a asegurar que algunos vestigios de la ley romana y del latín continuaran en Francia, Italia, España y Portugal. Los francos se convirtieron al catolicismo durante el reinado de Clodoveo I y, a partir de entonces, expandieron el cristianismo entre los germanos del otro lado del Rin. Por su parte, los bizantinos extendieron el cristianismo ortodoxo entre los búlgaros y los eslavos.
El cristianismo fue llevado a Irlanda por San Patricio a principios del siglo V, y desde allí se extendió a Escocia, desde donde regresó a Inglaterra por la zona norte. A finales del siglo VI, el Papa Gregorio el Grande envió misioneros a Inglaterra desde el sur. En el transcurso de un siglo, Inglaterra volvió a ser cristiana.
En Irlanda, por su parte, había sobrevivido una comunidad cristiana, aislada de Europa por la barrera pagana de los anglosajones. Con el tiempo evolucionaron de manera diferente al cristianismo continental, haciendo florecer el cristianismo celta. Estos cristianos celtas conservaron mucho de la antigua tradición latina, la cual compartieron con Europa continental apenas la oleada invasora se hubo calmado un poco. En el siglo VI, los irlandeses saltaron a Inglaterra, y en el siglo VII fundaron monasterios en la Galia, en Suiza (Saint Gall), e incluso en Italia, destacándose particularmente los nombres de Columba y Columbano. Como consecuencia de esto, las Islas Británicas fueron durante unos tres siglos el vivero de importantes nombres para la cultura: el historiador Beda el Venerable, el misionero Bonifacio de Alemania, el educador Alcuino de York, el teólogo Juan Escoto Erígena, entre otros...
Las cruzadas
Las cruzadas fueron una serie de campañas militares comúnmente hechas a petición del Papa Urbano II, que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, contra los musulmanes para la recuperación de Tierra Santa y el Santo Sepulcro.
Básicamente, fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar los Lugares santos de la dominación mahometana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la edad media el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto, y dirigidas contra infieles, ej. contra mahometanos, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.
Las guerras emprendidas por los españoles contra los moros constituyeron una cruzada incesante del siglo XI al XVI; en el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos; el exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada, y, en el siglo XIII los papas predicaron cruzadas contra Juan Sin Tierra y Federico II.
Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. La idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; esto supone una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación.
Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, etc. De todas esas guerras emprendidas en nombre de la Cristiandad, las más importantes fueron las Cruzadas Orientales.
Básicamente, fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar los Lugares santos de la dominación mahometana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la edad media el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto, y dirigidas contra infieles, ej. contra mahometanos, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.
Las guerras emprendidas por los españoles contra los moros constituyeron una cruzada incesante del siglo XI al XVI; en el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos; el exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada, y, en el siglo XIII los papas predicaron cruzadas contra Juan Sin Tierra y Federico II.
Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. La idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; esto supone una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación.
Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, etc. De todas esas guerras emprendidas en nombre de la Cristiandad, las más importantes fueron las Cruzadas Orientales.
Monasterios en la Edad Media
Durante los disturbios de la Edad Oscura, unos cuantos cristianos fuertemente comprometidos se retiraron de la sociedad para vivir como ermitaños, normalmente en el salvaje e inhóspito límite de la civilización. Los ermitaños, a su vez, inspiraron a los clérigos más convencionales a realizar votos de pobreza y de servicio como respuesta a las enseñanzas de Jesucristo.
Muchos de estos clérigos formaron nuevas comunidades de religiosos afines que recibieron el nombre de monasterios. El Papa Gregorio alentó la construcción de monasterios por toda la Europa cristiana. En algunas zonas de Europa, pronto se convirtieron en los únicos reductos del saber. Hay quien opina, por ejemplo, que los monjes irlandeses preservaron la civilización en sus monasterios. Los monjes irlandeses se desplazaron a otras zonas europeas para enseñar y revivir el interés por el saber. Los monasterios eran la principal fuente de hombres instruidos capaces de ayudar en la administración del gobierno, por lo que muchos adquirieron importancia como asistentes y consejeros reales.
Con el tiempo, los monasterios se enriquecieron por las donaciones de tierras, como le había pasado a la iglesia romana. Se fundaron distintas órdenes religiosas con diferentes objetivos. Algunas vivían replegadas en sus propios intereses; otras formaban a misioneros para enviarlos a tierras salvajes; otras aconsejaban a los papas en materia doctrinal; y otras proporcionaban importantes servicios comunitarios como el cuidado de ancianos y enfermos o el socorro a los necesitados.
Muchos de estos clérigos formaron nuevas comunidades de religiosos afines que recibieron el nombre de monasterios. El Papa Gregorio alentó la construcción de monasterios por toda la Europa cristiana. En algunas zonas de Europa, pronto se convirtieron en los únicos reductos del saber. Hay quien opina, por ejemplo, que los monjes irlandeses preservaron la civilización en sus monasterios. Los monjes irlandeses se desplazaron a otras zonas europeas para enseñar y revivir el interés por el saber. Los monasterios eran la principal fuente de hombres instruidos capaces de ayudar en la administración del gobierno, por lo que muchos adquirieron importancia como asistentes y consejeros reales.
Con el tiempo, los monasterios se enriquecieron por las donaciones de tierras, como le había pasado a la iglesia romana. Se fundaron distintas órdenes religiosas con diferentes objetivos. Algunas vivían replegadas en sus propios intereses; otras formaban a misioneros para enviarlos a tierras salvajes; otras aconsejaban a los papas en materia doctrinal; y otras proporcionaban importantes servicios comunitarios como el cuidado de ancianos y enfermos o el socorro a los necesitados.
La Edad Media, características generales y de vida
Todos los historiadores coinciden en que la Edad Media abarca el periodo comprendido desde la Caída del Imperio Romano en el año 476 d.C. hasta mediados del siglo XV d.C., cuando cae el Imperio Romano Oriental, es decir cuando la ciudad de Constantinopla es conquistada por los turcos en el año 1453.
La Edad Media se divide en Alta Edad Media y Baja Edad Media.
La Alta Edad Media abarca desde la Caída del Imperio Romano hasta el inicio del siglo XI.
Características generales de la Alta Edad Media:
- Sucesivas invasiones: tanto por el norte (grupos germánicos) como por el sur (grupos Beréberes)- Abandono de ciudades: Las personas huyen al campo por miedo.- Grandes diferencias de clases: Toda esta situación de pobreza hace que las diferencias entre clases se acentúen mucho más. Aparecen incluso clases sociales nuevas y la mayoría de las personas van a estar en la miseria.- Dominio de la Iglesia: La iglesia Católica va a aumentar su poder y su riqueza, va a ser una de las clases altas de esta época, van a tener tanto poder y riqueza como los reyes y los señores feudales. De manera en que llegue un momento en el que domine la vida política, social y económica de España.
La Baja Edad Media comprende desde el inicio del siglo XI hasta el descubrimiento de América (1492) fecha en la que comienza la Edad Moderna.
Características generales de la Baja Edad Media:
- Aumento demográfico: al disminuir las guerras se produce un aumento demográfico.- Resurge el comercio: ya no tienen que ser autosuficientes.- Surgimiento de una nueva clase social: la burguesía, son comerciantes de clase media. Esta clase ya no trabaja para el señor feudal, trabajará cobrando por su trabajo.- Avances y progresos: se van a dar avances científicos importantes; aparecerá la imprenta, importante para la trasmisión de la cultura y el conocimiento, esto supone que el conocimiento pase también a las clases pobres.- Avances importantes en la medicina y en la enfermería.
La Iglesia en la Edad Media
La única institución europea con carácter universal fue la Iglesia, pero incluso en ella se había producido una fragmentación de la autoridad. Todo el poder en el seno de la jerarquía eclesiástica estaba en las manos de los obispos de cada región. El papa tenía una cierta preeminencia basada en el hecho de ser sucesor de san Pedro, primer obispo de Roma, a quien Cristo le había otorgado la máxima autoridad eclesiástica. No obstante, la elaborada maquinaria del gobierno eclesiástico y la idea de una Iglesia encabezada por el papa no se desarrollarían hasta pasados 500 años. La Iglesia se veía a sí misma como una comunidad espiritual de creyentes cristianos, exiliados del reino de Dios, que aguardaba en un mundo hostil el día de la salvación. Los miembros más destacados de esta comunidad se hallaban en los monasterios, diseminados por toda Europa y alejados de la jerarquía eclesiástica.
En el seno de la Iglesia hubo tendencias que aspiraban a unificar los rituales, el calendario y las reglas monásticas, opuestas a la desintegración y al desarrollo local. Al lado de estas medidas administrativas se conservaba la tradición cultural del Imperio romano. En el siglo IX, la llegada al poder de la dinastía Carolingia supuso el inicio de una nueva unidad europea basada en el legado romano, puesto que el poder político del emperador Carlomagno dependió de reformas administrativas en las que utilizó materiales, métodos y objetivos del extinto mundo romano.
Inquisición española
Artículo principal:
La primera Inquisición de las tierras de España fue implantada en Aragón en 1249 y llevada al resto de los territorios a instancia de Fernando el Católico en 1478 por una bula papal, con la finalidad de combatir las prácticas judaizantes de los judeoconversos españoles. A diferencia de la Inquisición medieval, dependía directamente de la corona española. Se implantó en todos los reinos de España, en Sicilia y Cerdeña (que entonces formaban parte de de la Corona de Aragón) y en los territorios de América (hubo tribunales de la Inquisición en México, Lima y Cartagena de Indias. La Inquisición se convirtió en la única institución común a todos los españoles, con excepción de la propia Corona, a quien servía como instrumento del poder real: era un organismo policial interestatal, capaz de actuar a ambos lados de las fronteras entre las coronas de Castilla y Aragón, mientras que los agentes ordinarios de la Corona no podían rebasar los límites jurisdicionales de sus respectivos reinos.
Historia
La historia de la Inquisición española puede resumirse en las siguientes etapas:
Fundación (1478 a 1530): gran actividad. Objetivo principal: los conversos y otros herejes, los focos protestantes de la Universidad de Alcalá de Henares y de Sevilla. Periodo de severas penas.
Decaída (1530 a 1640). La actividad del tribunal fue menor, salvo un pequeño rebrote durante el reinado de Felipe II. El Santo Oficio se hizo más burocrático. El objetivo principal en esta época fueron los cristianos nuevos y la censura de libros a causa de la represión ideológica derivada del Concilio de Trento. Empezó una represión contra los erasmistas (Carlos I era erasmista). La falta de reos hizo a los inquisidores extender su jurisdicción a causas relativas a sodomía y se encargó de vigilar estrechamente las actividades de los extranjeros relacionadas con delitos ideológicos y de fe.
Rebrote (1640 a 1660). Se reinició la actividad, principalmente sobre conversos o cristianos nuevos.
Disolución (1668 a 1820): inactividad cada vez mayor. El tribunal se limitó a coartar la libertad de expresión y a impedir la propagación de las ideas ilustradas o excesivamente progresistas. El maestro valenciano Cayetano Ripoll fue el último condenado a muerte por el tribunal.
La Inquisición española no fue abolida definitivamente hasta 1834, aunque pudo tener alguna vigencia todavía en los territorios dominados por los carlistas, que propugnaban su reimplantación.
Organización
La Inquisición española estaba dirigida por el Consejo de la Suprema, que elaboraba instrucciones para los tribunales, examinaba informes de las vistas, ordenaba inspecciones, revisaba causas, y actuaba como tribunal para los miembros del Santo Oficio que hubiesen cometido algún crimen. Su presidente era el Inquisidor general. Los demás eran prelados, letrados e inquisidores provinciales designados por el rey.
Los tribunales que juzgaban a los reos estaban formados por tres inquisidores, la gran mayoría clérigos seculares con sesuda formación jurídica, además de otros funcionarios como fiscales, secretarios, alguaciles, notarios e incluso la oscura figura de un defensor del reo, cuyo papel se limitaba por lo general a asesorar a éste en cuestiones de procedimiento.
Colaboraban también en la actividad inquisitorial los familiares, servidores laicos del Santo Oficio que tenían ciertos privilegios (estaban exentos de contribuciones fiscales, podían ir armados y poseían privilegio de jurisdicción) y cuyo prestigio social venía del hecho de que ser familiar del Santo Oficio era una prueba de limpieza de sangre.
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